Le jour le plus long du futur, de Lucas Varela

Debo reconocer que Lucas Varela (Buenos Aires, 1971) ha sido un descubrimiento tardío. Cuatro años tardé en leer su primera obra larga publicada en nuestro país, La herencia del coronel (Dibbuks, 2010), una obra guionizada por Carlos Trillo (1943 – 2011), que ya en 2008 había visto la luz en Francia gracias a la editorial Delcourt. En ambos casos recopilaban una historia por entregas publicada en Argentina entre 2007 y 2008 bajo el nombre de El Síndrome Guastavino, una historia excesiva y grotesca, difícil de narrar y de leer, sobre las desventuras del hijo de un militar torturador fallecido.

Lucas Varela  no se ha prodigado demasiado en el mercado editorial español, aún así podemos encontrar colaboraciones suyas en revistas como El Manglar o Interfaces, ambas desaparecidas, mientras que su última obra larga publicada data de 2011, Paolo Pinocchio (Dibbuks).

Probablemente centrado en sus facetas como diseñador gráfico e ilustrador, Lucas Varela se ha tomado su tiempo para volver a publicar un cómic largo, pero creedme si os digo que la espera ha merecido la pena.

La editorial Delcourt recupera para la causa al historietista argentino con Le jour le plus long du futur, un cómic incluido en la colección Shampooing, dirigida por Lewis Trondheim (Lapinot, La Mazmorra), en la que podemos encontrar obras de ilustres autores como Guy Delisle, Cyril Pedrosa o Joann Sfar, entre otros.

Le Jour Le Plus Long Du Futur

En Le jour le plus long du futur nos encontramos con una estimulante y entretenidísima propuesta de ciencia-ficción. La acción se desarrolla en una futurista ciudad cuyo destino se disputan dos grandes corporaciones sin escrúpulos que, utilizando todos los medios a su alcance -la publicidad cobra gran relevancia-, intentan arrastrar a la ciudadanía a su causa.

Lucas Varela construye una distopía en la tradición de novelas como Mercades del Espacio, de Frederick Pohl y Cyril M. Kornbluth, donde el poder económico se perpetuaba a través de grandes corporaciones que habían suprimido toda forma de representación política, controlando a los ciudadanos a través del binomio trabajo/consumo. Un tipo de distopía recurrente muchas veces visto en el cine, la literatura, e incluso los cómics, que siempre ha servido de vehículo para una nada disimulada crítica a la voracidad del capitalismo. En el caso de Le jour le plus long du futur, es evidente que este marco no es azaroso, pero aún así, Varela va relegando a un segundo plano la vertiente más crítica del relato, para centrarse en el divertidísimo ejercicio de estilo que construye a través de la principal singularidad que posee esta obra: no hay ni una sola palabra que apoye a la narración -exceptuando rótulos y carteles de la ciudad, claro-, es decir, estamos ante un cómic mudo, una de mis debilidades personales.

jour-le-plus-long-du-futur_1La narración pone el foco en ambas corporaciones y en dos elementos excepcionales -un alien accidentado y un robot doméstico- que motivaran sendas conspiraciones para derribar al enemigo. Un enfrentamiento que, en manos de un inspirado Lucas Varela, convierten este cómic en un divertimento de primer orden.

Varela se reinventa como un habilidoso y eficaz narrador, absoluto dominador del medio en una de sus versiones más complejas. Por otro lado, como dibujante, realiza su mejor cómic hasta la fecha. El trazo limpio -casi impoluto-, minimalista, repleto de eficaces diseños y con un funcional uso del color, completan una atractiva propuesta que entra rápidamente por los ojos.

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Es esperable que Le jour le plus long du futur vea la luz en España a lo largo de 2016. Cuando ello pase, no dudaré en recomendarlo como uno de los mejores cómics mudos de los últimos años.

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