Los proyectos malditos de Álex de la Iglesia

“Mi vida es una caída libre, aunque no pienses ni por un momento que voy a perder el control”. Álex de la Iglesia, como miembro del jurado del Festival de Sitges (1995).

Echando una mirada atrás, uno no se explica cómo consiguió Álex la financiación para llevar a cabo esa ópera prima absolutamente suicida que fue ‘Acción Mutante’ (1993). Concebida en su origen como un cortometraje llamado ‘Piratas del espacio’, Álex y Jorge Guerricaechevarría, allá por 1990, después de más de 4 horas esperando en un sofá de la productora de los hermanos Almodóvar y tras un encuentro satisfactorio, comenzaron a darle forma a un proyecto que comenzaría como una serie, pasaría a ser una película para televisión y terminaría felizmente como el debut cinematográfico del director vasco.

El presupuesto ascendía a 250 millones de pesetas entre dinero público, de El Deseo -la productora de los hermanos Almodóvar– y de Ciby 2000, ilustre productora francesa acostumbrada a trabajar con directores como Lynch, Altman, Kusturica o el propio Pedro Almodóvar. Un auténtico dineral en manos de novatos, para una peli plagada de secundarios de carácter, pero poco conocidos por el público, a excepción de Antonio Resines y Fernando Guillem, y con una sinopsis maravillosa e invendible a partes iguales: “Bilbao, año 2012. Una extraña banda terrorista llamada Acción Mutante siembra el terror en el país. Está formada por seres deformes que pretenden vengarse de los ricos y guapos.”

still_1_3_790x398

Antonio Resines como Ramón Yarritu en ‘Acción Mutante’.

Después de la espantada de los Almodóvar en ‘El Día de la Bestia’ (1995) -las malas lenguas hablan de mal fario-, las siguientes películas del realizador –‘El Día de la Bestia’, ‘Perdita Durango’ (1997), ‘Muertos de risa’ (1999) y ‘La Comunidad’ (2000)- contaron con la producción de Lolafilms, o lo que es lo mismo, Andrés Vicente Gómez, probablemente el principal responsable del fracaso en la intentona de llevar Fu-Manchú al cine.

FuManchú

Entre 1995 y el 2000, Álex de la Iglesia pasa de director prometedor a ser considerado como uno de los realizadores españoles de aquel momento. Encadena un éxito de crítica y público como ‘El Día de la Bestia’, con un ligero resbalón en taquilla como la estimable ‘Perdita Durango’, para continuar con el taquillazo de ‘Muertos de risa’, una de las mejores y más incomprendidas comedias españolas de los últimos 20 años, y finalizar con otro acierto como ‘La Comunidad’. Era un momento dulce, de trabajo a destajo y, quizá, la ocasión para empezar a ser más ambicioso.

FuManchú es un villano de ficción creado en 1913 por el escritor inglés Sax Rohmer tras una sesión de ouija (¡¡¡!!!) y sin tener ni remota idea de la cultura china. Heredando todos los prejuicios del racismo cultural imperante en el siglo XIX en occidente, es concebido como un villano con un profundo odio a la raza blanca. Durante el siglo pasado, el personaje se convierte en icono de la cultura pop gracias a su posterior salto a otros medios como el cine, la televisión, la radio o el cómic. Rohmer llegó a vender aproximadamente 20 millones de copias de su obra.

The_Mystery_of_Dr._Fu-Manchu_cover_1913

FuManchú fue encarnado en el cine por Boris Karloff (The Mask of Fu Manchu, 1932), John Carradine (Fu Manchu: The Zayat Kiss, 1952), Christopher Lee (cinco veces entre 1965 y 1969, incluyendo un par de colaboraciones con Jess Franco)y Peter Sellers (The Fiendish Plot of Dr. Fu Manchu, 1980), que hasta el momento ha sido el último en encarnar al personaje en un largometraje.

En el noveno arte aparece en cabeceras tan importantes como Detective Comics a finales de los años 30, o en las páginas de Shang-Chi, allá por los 70, encarnando al padre del héroe de la casa de las ideas. Más recientemente, aparecería en las páginas de la estupenda primera serie de The League of Extraordinary Gentlemen’, de Alan Moore y Kevin O’Neill, aunque sin mencionar su nombre por una cuestión de derechos de autor.

dragon-eye

The League of Extraordinary Gentlemen, vol. 1

Desde 1999 a 2001 (probablemente desde antes), de la Iglesia trabajó duramente para sacar adelante una gran producción internacional como FuManchú. Consigue, en un primer momento, apalabrar la participación de figuras internacionales como Antonio Banderas, Robert De Niro y Dustin Hoffman. Durante la preproducción se llevaron a cabo largos viajes (concretamente 2 meses) para buscar localizaciones en Shangai, Hong Kong y Bangkok (quedando pendiente otras como el Vaticano o Nueva York), mientras que iban perfilando los sets de rodaje y los últimos retoques al guión escrito junto a Jorge Guerricaechevarría y David Newman (Superman II y III). Todo estaba casi listo para rodar.

Presupuestar este esfuerzo por debajo de 20 millones sería una quimera, pero para Andrés Vicente Gómez algo menos de 10 millones era más que suficiente. Ese volantazo de última hora empuja a Álex de la Iglesia a bajarse del carro definitivamente.

Piensa en Disney

Tras Crimen Ferpecto (2004), en mi opinión, uno de sus últimos chispazos de brillo, no vuelve a estrenar en cines hasta 2008 con la tibia e impersonal ‘Los Crímenes de Oxford’ (2008) -sin olvidar el estreno televisivo de la inquietante ‘La habitación del niño’ (2006)-.

En 2006 intenta levantar un interesante proyecto llamado Piensa en Disney’, que en un primer momento se llamó ‘Veo Demonios’. En palabras del director: «… es la historia de un tío que tiene un accidente de coche y, de pronto, ve la realidad. Una realidad que está llena de demonios. Un mundo donde conviven las almas en pena torturadas por estos demonios, que se dedican a seducir a los humanos para que hagan maldades y encima consiguiendo entrar en sus cuerpos. Y este pobre hombre lo ve todo como un cuadro de El Bosco.”

Follower_of_Jheronimus_Bosch_037

La Visión del Tondal, realizado por un seguidor anónimo de El Bosco.

Iba a ser una comedia negra que mezclaría imagen real y animación tradicional, con la idea de lanzarse al mercado internacional y un presupuesto de unos 20 millones de euros. El proyecto fue de productora en productora hasta que entró en los despachos de DreamWorks con una reunión que parecía que iba a dar frutos, pero finalmente el propio Steven Spielberg se encargó de cerrar la posibilidad. Fox y Paramount fueron los siguientes en rechazar la idea. La única posibilidad era hacerlo en España con un presupuesto aún menor. Y ahí murió el proyecto.

La Marca Amarilla

Contaba recientemente Ramón España cómo llegó el trabajo de Edgar P. Jacobs a nuestro país: “Un día apareció Ignacio Vidal-Folch diciendo que había descubierto unos tebeos de un amigo de Hergé que era buenísimo, un tal Edgar Pierre Jacobs, y compramos los derechos. Yo mismo me encargué de traducir La marca amarilla, y lo publicamos directamente. Había mucho terreno virgen que recorrer, años de atraso y desconocimiento en esas áreas.” Álex de la Iglesia lo descubre a comienzos de los 80 gracias a la revista ‘Cairo’ Ramón España era su editor-, en cuyas páginas se dieron a conocer las aventuras de Blake y Mortimer.

91TC0W4ZJ2L

Jacobs fue el principal ayudante y asesor de Hergé hasta que exigió la coautoría de Tintín. La tóxica relación entre ambos, sobre todo de Hergé hacia Jacobs, y la posterior ruptura profesional, dio como resultado la posibilidad de conocer el trabajo de uno de los grandes autores del cómic belga. Ganamos todos, claro.

En 2008, de la Iglesia presenta el proyecto con la idea de estrenar dos años después. La adaptación del guión correría a cargo de Jorge Guerricoechevarría, con la producción de La Fabrique de Films (Francia) y un reparto bastante atractivo: Kenneth Branagh como Mortimer, Vincent Cassel como Blake, Val Kilmer como Olrik y John Hurt como el doctor Septimus. Como curiosidad, os dejo el dossier de la presentación:

Una historia pulp con múltiples localizaciones internacionales, científicos locos, dinosaurios e incluso la aparición del continente perdido de la Atlántida, requería de un presupuesto importante para llevarla a cabo, por tanto, la financiación volvería a ser el principal escollo a superar.

Las dificultades a la hora de conseguir el dinero retrasaron el proyecto e incidieron en los correspondientes cambios de reparto. La última fase conocida contaba con Hugh Laurie como Mortimer y Kiefer Sutherland como Blake. Una vez reunido un presupuesto entre 22 y 27 millones de euros -las cifras bailan según la entrevista- y un coste calculado entre 32 y 37, urgía hacer cambios de guión y planificación de última hora para salvar la diferencia económica. Había costosas escenas que se iban a caer de la película, como una persecución en un Piccadilly Circus levantado en La Ciudad de la Luz de Alicante.

Álex de la Iglesia decide no seguir adelante. Años después reconocería que se arrepiente de no haber tirado para adelante con ese dinero.

El Santo

Tras ‘Balada Triste de Trompeta’ (2010), se abre una fase de cierto declive artístico del director bilbaíno. Después de su valiente salida de la presidencia de la Academia de Cine con aquella clarividente frase para la historia que a tantos escoció, “Internet no es el futuro, es el presente y la salvación de nuestro cine”,  Álex de la Iglesia estrena un desastre absoluto como ‘La Chispa de la vida’ (2011), última y fatídica colaboración con Andrés Vicente Gómez, de final impuesto desde la productora.

Balada Triste de Trompeta dirigida por Alex de la Iglesia

Rodaje de ‘Balada Triste de Trompeta’

El éxito posterior en taquilla de ‘Las brujas de Zugarramurdi’ (2013) le daba aire, aunque lo hacía a costa de convertir algunas virtudes de antaño como realizador en defectos: los excesos ya no funcionaban.

Después de salvar a duras penas el expediente con un trabajo alimenticio como el documental de Messi y tras la tibia recepción de ‘Mi Gran Noche’ (2015), otro proyecto maldito se iba a cruzar en el camino del director vasco: El Santo.

Era 2015, en plena presentación de ‘Mi Gran Noche’ en San Sebastián, Álex de la Iglesia anunciaba que iba a dirigir ‘El Santo, El Enmascarado De Plata’, la primera de una serie de películas sobre Rodolfo Guzmán Huerta, la leyenda de la lucha libre mexicana.  En palabras del director: «Tras décadas de interesarnos, de volvernos locos con el proyecto e intentarlo de diferentes maneras, hemos conseguido por fin acercarnos a la consecución de una gran sueño que es rodar la vuelta de El Santo, vamos a rodar ‘El Santo, El Enmascarado De Plata’. Es un proyecto muy ambicioso, como es la importancia y el prestigio del personaje en México y en todo el mundo. El Santo es quizá la única alternativa, el único superhéroe que pudiera hacer frente al imperio de los americanos de Marvel».

RESEM67522Z

Rodolfo Guzmán Huerta fue una celebridad en el ámbito de la lucha libre mexicana que supo proyectar su imagen fuera del cuadrilátero para convertirse en un referente y una estrella. Durante la década de los 40 adquiere renombre por la lucha libre, pero en los 50 termina por convertirse en un hito de la cultura popular. Primero a través de los cómics, ‘Santo, El Enmascarado de Plata ¡Una aventura atómica!’ y luego a través del cine, alcanzando gran popularidad fuera de México, llegando a protagonizar más de 50 películas.

CY2rEU8UMAEwXvC

Credencial de la sociedad nacional de actores de Rodolfo Guzmán Huerta, perteneciente a la colección privada de Guillermo del Toro

El hijo del Santo, que no revela su verdadera identidad, cedió los derechos para que Álex de la Iglesia acometiera el proyecto y lo convirtiera en el protagonista de la película: «De esta manera preservaremos la tradición y convertiremos la tradición en un nuevo mito, una nueva leyenda para las nuevas generaciones», dijo el realizador español.

Pasados dos años, enfrascado en un 2017 movidito por el estreno de dos películas, “El Bar” y “Perfectos Desconocidos”, el mayor taquillazo de su carrera (resulta irónico y un poco triste que uno de los autores más importantes de nuestro cine lo consiguiera con un remake), Álex de la Iglesia iba a necesitar mucho más tiempo para desarrollar una película de la envergadura de El Santo, pero los dueños de los derechos ya ponían la vista en otro director: Guillermo del Toro. A día de hoy, todo hay que decirlo, es un proyecto muerto.

Lo mejor que podemos extraer de este proyecto inconcluso es el excelso arte conceptual que realizó David Rubín para su amigo Álex. Una maravilla.

Nunca sabremos cómo habría cambiado la carrera de Álex de la Iglesia con estos proyectos fallidos, pero su destino y sus decisiones le pertenecen y ahí no pintamos nada. Eso sí, a nosotros nos queda fantasear con lo que pudo haber sido y no fue.

Quiero que a Álex le vaya bien siempre y seguiré pendiente de sus proyectos, quizá con menos ilusión que hace 20 años, pero siempre esperando encontrar algo que me recuerde a aquel director que cambió la manera de hacer cine en España. Siguiente parada: “30 Monedas”.

*Existen otros proyectos malditos que no llegaron a cristalizar, pero en una etapa muy primaria, como Superlópez, otros que le fueron ofrecidos pero no le interesaron por ser proyectos de encargo, como ‘La Máscara del Zorro’ ‘Alien: Resurrection’ y otros de los que ya existen entradas en este blog.

Deja un comentario