Ni una palabra: 12 cómics mudos imprescindibles

“Cuando son buenos, suelen ser brillantes, porque el cómic sin palabras exige un dominio superior del medio”. Santiago García, autor de La novela gráfica.

Según Scott McCloud, tomando como punto de partida el dictamen de Will Esisner – el arte secuencial -, definía el cómic intentando atar el mayor número de cabos sueltos posible:  “ilustraciones yuxtapuestas y otras imágenes en secuencia deliberada, con el propósito de transmitir información y obtener una respuesta estética del lector”.

Una definición académica y clarificadora que hacía hincapié en los dos principales elementos sobre los que el cómic se asienta: el dibujo (ilustraciones yuxtapuestas) y los textos (imágenes en secuencia deliberada; aunque este fragmento de la definición también hace referencia a otros elementos).

La combinación de textos y dibujos se erige como la herramienta fundamental sobre la que se sustenta el 9º arte, desde que es consciente de sí mismo como medio artístico singular, no obstante, no es imprescindible recurrir a ella para que esta narrativa funcione con normalidad.

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